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encanto

La palabra encanto es el resultado y la acción de encantar, que procede del latín “incantāre” y su primera acepción es influir sobre algo o alguien a través de la magia. En este sentido, existen muchas historias y cuentos infantiles donde se usa el encantamiento para crear situaciones irreales o ilusiones en los personajes, como

anclaje

Anclaje es un término muy común entre los marinos, ya que designa el acto de anclar una nave, sujetarla con un ancla o áncara, para que se mantenga firme y no la lleve la corriente. Para que una nave pudiera tener anclaje o fondear en los puertos españoles se solía abonar un impuesto o tributo

ferviente

La palabra ferviente es una cualidad, un adjetivo que procede en su etimología del latín “ferventis”, derivado a su vez del verbo “fervere” del que es su participio en tiempo verbal presente. El significado de “fervere” es hervir o entrar en ebullición, y es por eso que ferviente es alguien que se muestra muy entusiasmado

fatídico

La palabra fatídico es un adjetivo que procede del latín “fatidicus”, que se deriva de “fatum” que significa destino, y que puede definirse como todo aquello que aventura o presagia un mal o desgracia y esas desventuras en sí mismas. Siempre posee una connotación negativa. Ejemplos de uso: “Tienes una visión muy fatídica de tu

falta

Falta es un sustantivo que se derivó etimológicamente del latín “fallîta” queriendo significar un defecto, una carencia, una ausencia o una infracción. A su vez “fallîta” proviene del verbo “fallere” en el sentido de equivocarse o dejarse vencer. En su acepción de ausencia podemos citar como ejemplo: “Las faltas reiteradas del alumno hacen que no

claudicar

La palabra claudicar es un verbo que proviene del latín “claudicare” a su vez procedente de “claudus” con el significado de aquel que cojea al andar, que fue uno de los defectos físicos que poseyó el emperador romano Claudio, que también tenía una gran debilidad física y de carácter, pero que rigió los destinos imperiales

clausura

Originada en idéntico término latino, la palabra clausura, está integrada por “clausus” que puede traducirse como cerrado y por el sufijo de efecto “ura”. Clausura entonces, significa “cierre” y puede aplicarse a cualquier acto final de un evento o serie de ellos. Por ejemplo la clausura de las sesiones del congreso, la clausura de la

depósito

La palabra depósito se originó en el latín “deposĭtum”, designando el efecto y la acción de depositar o sea colocar algo en un lugar, para guardarlo, usándose el término tanto para nombrar el sitio donde la cosa es colocada como al objeto en sí. Ejemplos: “Se han depositado las cenizas del muerto en una urna”,

perjuicio

La palabra perjuicio procede etimológicamente del latín “praeiudicium”, origen que comparte con la palabra prejuicio, de la que luego se distinguió para significar un daño o menoscabo material o moral que alguien (una persona física o jurídica) pueda sufrir, ante lo cual puede pedir judicialmente y en sede civil, una reparación patrimonial, si correspondiera. El

alzada

La palabra alzada hace referencia al resultado de la acción de alzar, verbo que se originó etimológicamente en el latín “altiāre”, a su vez derivado del adjetivo “altus” con el significado de alto o elevado. La palabra alzada/o se aplica en varios contextos: Un precio alzado es aquel que resulta acorde a cierta cantidad que