Concepto de diplomacia

De acuerdo a sus acepciones, griega y romana, diplomacia, proviene de la palabra diploma, que nos llegó a a partir del francés «diplomatie». Un diploma era un documento público doblado, para preservar su contenido, que acreditaba a un funcionario de un Estado, llamado enviado diplomático, por contar en su poder con dicho diploma, otorgado por la máxima autoridad de su país, para actuar como representante de su Estado ante otro, para hablar en nombre de su país y velar por sus intereses.

La diplomacia fue muy usada por los pueblos antiguos, entre egipcios, hindúes, chinos, griegos y romanos. En la Edad Media la poca comunicación, y generalmente violenta, entre los reinos, que fragmentaron el mapa europeo, hizo escasa la función diplomática. También se denomina diplomacia a la ciencia que tiene por objeto de estudio las relaciones internacionales entre estados.

Es una institución que cobró gran importancia con el surgimiento de los Estados modernos, para resolver los conflictos entre Estados de manera pacífica. La diplomacia utiliza como elementos de solución, el diálogo y la negociación.

En el siglo XX, la diplomacia adquirió una nueva dimensión con el surgimiento de organizaciones internacionales como la Liga de Naciones y posteriormente la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Estas organizaciones proporcionaron un foro para la diplomacia multilateral, donde los Estados pueden discutir y resolver problemas de manera colectiva.

Además, la diplomacia moderna también ha visto el surgimiento de la diplomacia pública, donde los Estados buscan influir en la opinión pública internacional a través de los medios de comunicación y otras formas de comunicación. Esto ha llevado a un mayor énfasis en la diplomacia cultural y la diplomacia deportiva, como formas de fomentar el entendimiento y la buena voluntad entre las naciones.

La diplomacia puede ser bilateral, ante otros Estados u organismos internacionales; o «ad hoc», para asuntos específicos.

En el Derecho Internacional, La Convención de Viena de 1961, obliga al acuerdo entre los Estados para poder llevar a cabo negociaciones por vía diplomática, exigiéndose la aceptación del enviado por el Estado con el que se pretende negociar. Una vez aceptado, el enviado debe presentar sus credenciales, ante el Estado que lo recibe en carácter de tal.

Los diplomáticos, cuyo rango más elevado lo ocupan los embajadores, seguidos por los nuncios, ministros plenipotenciarios, ministros residentes y encargados de negocios, son quienes llevan a cabo sus funciones diplomáticas, cumpliendo las instrucciones del Estado al que representan, y gozan en el Estado que los hospeda, de inmunidad diplomática y exenciones impositivas.

En el mundo contemporáneo, la diplomacia también ha tenido que adaptarse a los desafíos emergentes como el cambio climático, el terrorismo internacional y la proliferación de armas de destrucción masiva. Estos problemas transnacionales requieren de una diplomacia global y cooperativa, donde los Estados deben trabajar juntos para encontrar soluciones.

Por extensión, se dice que alguien obra con diplomacia, cuando en su trato con los demás, no es agresivo, y sí conciliatorio y amistoso. Se expresa de modo sereno y busca para los conflictos, soluciones equilibradas, estando dispuesto al diálogo y a llegar a acuerdos, del modo como lo hacen los agentes diplomáticos. Así se dice: «Juan es muy diplomático, no agrede con sus comentarios, trata bien a sus interlocutores, con respeto y prudencia, llegando a acuerdo y transacciones» o «No es muy diplomático de tu parte, insultar a las personas cuando no estás de acuerdo con ellas, debes ser más tolerante».

Citar este artículo

Fingermann, H. (14 de julio de 2009). Concepto de diplomacia. Deconceptos.com. Actualizado el 8 de marzo de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-juridicas/diplomacia

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