Concepto de asco
Derivada de la palabra asqueroso, que a su vez proviene del latín “escharosus” con el significado de algo que contiene escaras o costras en cantidad considerable; el término asco, alude a una sensación desagradable, de repugnancia y rechazo, que se siente especialmente ante una imagen o un sabor altamente desagradables, que provoca no solo reacciones emocionales, sino también físicas, como náuseas.
Además de las reacciones físicas, el asco puede tener un impacto significativo en nuestras interacciones sociales y decisiones de vida. Por ejemplo, puede influir en nuestras elecciones de pareja, amistades y hasta en nuestros hábitos alimenticios. En este sentido, el asco puede actuar como un mecanismo de defensa, protegiéndonos de potenciales amenazas a nuestra salud o bienestar.
También podemos sentir asco al enterarnos de algún hecho que contraría ostensiblemente nuestros valores o moral, como ocurre con ciertas prácticas sexuales no convencionales, o con algunas conductas socialmente impropias. Otro caso es con respecto a actitudes que violan normas religiosas o jurídicas, por ejemplo “me da asco el solo pensar que mi propia amiga haya podido robarme”. Una situación que provoca asco es la visión o el olor de ciertas manifestaciones fisiológicas como ante las heces o el vómito.
La suciedad tanto de un lugar como de un ser vivo también es común que provoque asco, por ejemplo “sentí mucho asco cuando me invitó a que me siente en su sucio sillón” o “ni pienso darle un beso a Lucas, me da asco su aspecto desalineado y sudoroso”. Este aspecto que presentan los individuos da lugar a la expresión: “estás hecho un asco”.
En el ámbito de la psicología, el asco es considerado una de las seis emociones básicas del ser humano, junto con la alegría, la tristeza, la ira, el miedo y la sorpresa. Se cree que esta emoción tiene una función evolutiva, ya que nos ayuda a evitar sustancias o situaciones que podrían ser perjudiciales para nuestra salud.
Si bien hay cosas que le provocan asco a la generalidad de las personas, otras dependen de la sensibilidad de cada uno, como quien siente asco frente a determinadas comidas y otros la saborean. Influye mucho en lo que nos provoca asco, los imperativos culturales, y el ambiente en que nos hemos criado.
Cuando decimos “no le hace asco” aludimos que cierto individuo es capaz de hacer o soportar cualquier cosa, en general para lograr un objetivo: “con tal de ganar el premio, Juan no le hace asco a nada”.
Es importante mencionar que, aunque el asco es una respuesta natural, en algunos casos puede convertirse en un problema cuando se vuelve excesivo o irracional. Por ejemplo, algunas personas pueden desarrollar fobias específicas relacionadas con el asco, como la emetofobia (miedo a vomitar) o la misofobia (miedo a la suciedad o a los gérmenes). En estos casos, es recomendable buscar ayuda profesional para aprender a manejar estas respuestas de asco exageradas.
Fingermann, H. (21 de febrero de 2012). Concepto de asco. Deconceptos.com. Actualizado el 23 de febrero de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-naturales/asco
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