Concepto de hueso
Del latín clásico “ossis” y del latín vulgar “ossum” esta palabra llegó al español como hueso, para designar a cada una de las piezas livianas pero duras, elásticas y resistentes, que forman el esqueleto de los vertebrados.
Los huesos son tejidos firmes que están integrados por sales minerales (agua, carbonato de calcio y fosfato) y materias orgánicas (colágeno entre otras proteínas) recubiertos por una membrana de consistencia fibrosa, llamada periostio, y dan firmeza al cuerpo, pues cumplen especialmente la función de sostén, además de la de protección en el caso del cerebro, los pulmones y el corazón, y gracias a la acción de los músculos, que se sujetan en ellos, la de movimiento. La fuerza de los músculos se transmite a los huesos a través de los tendones.
Los huesos de los ancianos son más frágiles pues contienen más calcio que sustancia orgánica.
Además de los tejidos duros, llamados óseos, también los huesos están compuestos por tejidos blandos, como la médula ósea, o los conectivos mieloides. Están irrigados por vasos e inervados por nervios.
Microscópicamente pueden diferenciarse en el hueso: 1. Los conductos de Havers, que facultan el paso a los nervios y a los vasos del hueso 2. Los osteoblastos que segregan la sustancia intercelular ósea, y tienen intervención en el crecimiento del hueso y su desarrollo y 3. Las laminillas concéntricas, que se agrupan alrededor del canal de Havers.
Además de las funciones mecánicas ya expuestas, los huesos tienen propiedades necesarias para el metabolismo orgánico, ya que almacenan minerales (calcio y fósforo) y energía (en la médula ósea) y controlan el metabolismo del fosfato.
Hay huesos largos de forma cilíndrica que forman en general el sistema locomotor, otros son cortos de forma de cubo, mientras que los planos sirven para protección. Los huesos de la columna vertebral se denominan vértebras.
El esqueleto humano está conformado por más de doscientos huesos que crecen hasta alrededor de los 20 años.
Cuando el animal vertebrado muere los huesos son lo único que se conserva con el paso del tiempo.
En algunos frutos, el hueso o carozo, es la parte dura que contiene la semilla. Ejemplo: “Ten cuidado al comer el durazno, puedes atragantarte con el hueso”.
Fingermann, H. (31 de enero de 2017). Concepto de hueso. Deconceptos.com. https://deconceptos.com/ciencias-naturales/hueso
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