Concepto de colla
La palabra colla es polisémica, siendo su significado, dependiente de su etimología:
Si procede del latín, “collum” que se traduce como “cuello” hace referencia al gorjal, la parte que se colocaba rodeando el cuello, en las armaduras de la Baja Edad Media, conocidas como armaduras de placas o de arnés, rígidas, pero que permitían los movimientos, al ser articuladas.
Si se deriva del latín “copŭla” en el sentido de “enlace”, se aplica a los instrumentos usados para pescar, que consisten en varias redes o nasas dispuestas en forma alineada; y también a la cuerda, que en las cacerías se utilizan para sujetar a los canes.
Procedente del quechua, se aplicó al reino aimara, heredero desde el siglo XII, de la cultura Tiahuanaco, asentada a orillas del lago Titicaca, cuyo dominio se extendió en América del Sur, por Argentina, Chile, Perú y Bolivia. Hábiles arquitectos, y organizados en jerarquías sociales, momificaban a sus gobernantes muertos, en posición fetal, y los colocaban en torres funerarias enormes, las chullpas, ubicadas sobre colinas. Eran politeístas, siendo Tunupa, el ordenador del mundo y dios del trueno, el que ocupaba el puesto principal entre las deidades, al que le ofrecían sacrificios.
Cuando sufrieron la dominación incaica a mediados del siglo XV, por parte del inca Pachacútec que extendió el territorio hacia el sur, Tunupa se asoció al culto de Wiracocha. Con la llegada de los incas se produjo un proceso de aculturación. Se extendió el uso de la lengua quechua, entre otras tradiciones. El proceso se incrementó aún más, con la llegada de los españoles que les impusieron sus costumbres y su religión cristiana.
En la actualidad se conoce como collas, en Bolivia, a los oriundos del altiplano, descendientes de los aimaras. En Argentina, desde el siglo XIX, los collas son los aborígenes que habitan la quebrada de Humahuaca, el norte de los valles calchaquíes y las zonas rurales de las provincias de Salta y Jujuy, que aún conservan algunos rasgos de su cultura, como la práctica de la agricultura, el pastoreo, prácticas adivinatorias, el culto a la Pachamama, etcétera, viviendo de modo muy modesto, y sin tierras propias. Desde mediados del siglo XX, muchos collas se trasladaron a vivir en pueblos cercanos, dejando la vida rural, y convirtiéndose en asalariados.
“No te rías de un coya” es un poema del músico y poeta jujeño, Fortunato Ramos, donde alienta a empatizar y comprender la diferente conducta que puede tener un colla al llegar a la ciudad a vender sus productos o a comprar lo que le hace falta, diciendo por ejemplo, que es silencioso, que puede usar ropa de lana cuando hace calor, pues está acostumbrado a abrigarse, porque “vino del cerro”; que puede mostrarse desprevenido al cruzar las calles; pero que no dudará en abrir sus puertas si alguien lo visita en el cerro, o en dar su vida por defender a la patria.
Fingermann, H. (27 de enero de 2023). Concepto de colla. Deconceptos.com. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/colla
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