Concepto de disgusto
Así como gusto proviene del latín “gustus” designando el efecto de disfrutar de un sabor agradable, y por extensión se aplica al disfrute y gozo, el disgusto al contar con un prefijo negativo, indica la ausencia de esa experiencia placentera y agradable.
Un disgusto es por ello una sensación de displacer que se experimenta ante muchas situaciones negativas y adversidades, no solo ante el mal sabor de los alimentos. Por ejemplo: “He recibido un gran disgusto cuando me anunciaste que te ibas de casa”, “No te imaginas el disgusto que sentí cuando me informaron que estaba despedida”, “En esta clase estoy a disgusto, ya que el profesor es muy aburrido” “Me causó mucho disgusto escuchar a nuestro presidente en un discurso alejado totalmente de la realidad cotidiana de su pueblo” “Estoy a disgusto viendo esta película pornográfica” o “Me disgusta que siempre estés de mal humor”.
Quien es presa de un disgusto, lo que es altamente subjetivo, pues no todos sienten disgusto ante los mismos estímulos, se siente según los casos, triste, apesadumbrado, aburrido y/o enfadado, y quiere salir de esa situación en busca de otra más placentera y cómoda.
Externamente se manifiesta, por ejemplo, en silencios prolongados o en manifestaciones de palabras o expresiones hirientes o irónicas, gestos de hastío, ceño fruncido, mirada perdida, etcétera. Hay personas que se retiran o alejan de lo que les provoca disgusto, y otras las soportan por culpa, compromiso, respeto, etcétera.
Es absolutamente natural que sintamos disgusto ante lo que no coincide con nuestros anhelos y expectativas. Sin embargo, el disgusto, cuando se extiende a muchas situaciones vitales debe ser objeto de observación y tratamiento psicológico, ya que si alguien se encuentra a disgusto con muchas personas, lo que puede incluir a uno mismo, y en muchos ámbitos, deja de ser algo normal. Vivir disgustado puede encubrir una depresión o desembocar en ella.
Además, el disgusto puede ser una respuesta emocional a una amenaza percibida. Puede ser una reacción a algo que se considera ofensivo, repugnante o dañino. En este sentido, el disgusto puede ser una forma de protección, ya que nos ayuda a evitar situaciones que podrían ser perjudiciales para nosotros.
El disgusto también puede ser una respuesta a la injusticia. Cuando vemos a alguien siendo tratado injustamente, podemos sentir disgusto. Este tipo de disgusto puede motivarnos a actuar, a intervenir en la situación o a buscar justicia.
El disgusto puede ser una respuesta a la violación de las normas sociales. Cuando alguien se comporta de una manera que consideramos inapropiada o inaceptable, podemos sentir disgusto. Este tipo de disgusto puede servir como una forma de control social, ya que puede motivar a las personas a adherirse a las normas y expectativas sociales.
Por último, el disgusto puede ser una respuesta a la violación de nuestros propios estándares y valores. Cuando actuamos de una manera que va en contra de nuestros propios principios, podemos sentir disgusto. Este tipo de disgusto puede ser una forma de auto-regulación, ya que puede motivarnos a comportarnos de una manera que esté en línea con nuestros propios estándares y valores.
En cualquier caso, es importante recordar que el disgusto es una emoción normal y natural. Sin embargo, si el disgusto se convierte en una emoción dominante o si interfiere con nuestra capacidad para disfrutar de la vida, puede ser útil buscar ayuda profesional.
Fingermann, H. (9 de julio de 2015). Concepto de disgusto. Deconceptos.com. Actualizado el 29 de octubre de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-naturales/disgusto
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