Concepto de adivinanza
El vocablo adivinanza proviene del latín “ad divinum”, que sería el don divino de develar un misterio. Los adivinos eran sacerdotes antiguos que predecían el futuro. Es famoso por ejemplo, el Oráculo de Delfos, situado en el lugar consagrado al dios Apolo. Allí una pitonisa, mujer virtuosa que se comprometía a vivir para siempre en el santuario, recibía las consultas de personas de toda condición social, y, a su vez, tras una serie de rituales, se las transmitía al oráculo (el Dios) cuya respuesta era interpretada por los sacerdotes.
Adivinanza, en la actualidad, es sinónimo de acertijo, que deriva de acertar, de dar con la respuesta correcta al enigma planteado. Sin embargo, más precisamente, se diferencian, porque la adivinanza, en general, se escribe en verso generalmente con rima, consonante o asonante, siendo una breve composición lírica, donde se exponen las pistas; y los acertijos, por el contrario, adoptan la forma de prosa.
Además, las adivinanzas se han convertido en una parte integral de muchas culturas alrededor del mundo. En algunas culturas, las adivinanzas son una forma de entretenimiento durante las reuniones sociales y festividades. En otras, son utilizadas como una forma de enseñanza y aprendizaje, ayudando a los niños a desarrollar habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas.
Hay ciertas adivinanzas que van dando, en cada estrofa una aproximación a la respuesta (como la que se muestra en la imagen) o a veces se da una sola pista; en otras situaciones hay que ir uniendo palabras dadas en las rimas, para llegar al acierto, que se logra, a través de una asociación mental, por ejemplo: Pérez anda, Gil camina, es burro el que no adivina. En este caso hay que unir simplemente Pérez con Gil para descubrir la palabra perejil.
Son utilizadas muchas veces como entretenimiento, especialmente para los niños, y como estrategia de enseñanza para desarrollar la creatividad y como disparador del proceso de aprendizaje a modo de captar la atención. Son elaboradas en forma anónima y se transmiten popularmente, en forma oral o escrita. Por ejemplo: «Mi hijo es inteligente, resuelve todas las adivinanzas, incluso las complejas» o «En el cumpleaños de mi primo nos divertimos haciendo adivinanzas».
Además de su uso en la educación y el entretenimiento, las adivinanzas también han encontrado su lugar en la literatura y el arte. Muchos autores y artistas han utilizado adivinanzas en sus obras para agregar un elemento de misterio y desafío. Las adivinanzas también han sido utilizadas en la música, con canciones que presentan adivinanzas en sus letras para que los oyentes las resuelvan.
Se habla también de adivinanza como acierto casual, y no por conocer la respuesta. Es muy común que cuando se dan múltiples opciones entre las cuales está la respuesta correcta y no se la sepa con certeza, se tiente a la suerte para adivinarla. Así se dice por ejemplo, “no sabía la respuesta, pero la adivinó, tal vez por su gran imaginación”, «no puedo deducir cuál será el número ganador, pero trataré de adivinarlo».
Las adivinanzas, en su esencia, son una forma de desafiar nuestra mente y nuestra capacidad para resolver problemas. Nos invitan a pensar de manera creativa y a buscar soluciones fuera de lo común. Aunque a veces pueden parecer simples y directas, las adivinanzas a menudo esconden una profundidad de significado que solo se revela después de mucha reflexión y análisis.
Fingermann, H. (14 de noviembre de 2009). Concepto de adivinanza. Deconceptos.com. Actualizado el 10 de mayo de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/adivinanza
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