Concepto de retrato

Concepto de retratoRetrato es el participo del verbo retraer, palabra originada en el latín “retrahere”, integrada por el prefijo de regresión “re” más “trahere” = “atraer”, por ello retraer tiene el significado de retroceder, revivir o reducir, y de allí que retrato es el resultado de hacer revivir una imagen de un sujeto (persona o animal) aunque en general se emplea con referencia a seres humanos, especialmente al rostro que es lo que permite su reconocimiento más evidente. Pueden hacerlo por admiración al modelo o por encargo. Si es de uno mismo, recibe el nombre de autorretrato.

Los pintores y escultores plasmaron retratos en sus obras para perpetuarlas, desde los primeros tiempos históricos, tratando de copiar los rasgos físicos y las expresiones del modelo, para hacer notar su aspecto externo pero también su interior de ser posible, con el fin más deseado por los humanos, que es el de inmortalizarse.

Este deseo de no desaparecer, lo hallamos presente en un mito griego, el de Dibutades, una joven corintia que dibujó la sombra de su amado en la pared ante la posibilidad de ser abandonada por él.

Siguiendo con los griegos, el filósofo Aristóteles diferenció tres tipos de retratos, los formales, con imágenes idealizadas de personajes destinados a trascender oficialmente; los naturalistas (realistas) y los retratos satíricos.

Abandonada la técnica del retrato durante el oscurantismo, ya que el cristianismo valoraba lo interior y no los rasgos físicos del individuo, recién el retrato vuelve a cobrar fuerza en el Renacimiento. La Mona Lisa de Leonardo Da Vinci es un ejemplo de retrato de la esposa de un mercader florentino de principios del siglo XVI, a la que el genial artista le introdujo una sensación de movimiento y con ello la hizo más real, jugando en sus facciones con luces y sombras, en un armonioso conjunto donde ha trascendido y ha creado muchas incógnitas, la sonrisa, que ha sido calificada como enigmática.

En el siglo XVIII, el retrato adquiere una nueva dimensión. El pintor inglés Sir Joshua Reynolds se destaca por retratar a la elite de su época, intelectuales, burgueses y aristócratas, usando colores puros e intentando mostrar la psicología del personaje, aunque confesó que el interior solo puede intuirse por las facciones del sujeto.

El siglo XIX trae consigo la aparición de la fotografía, una técnica que revoluciona el retrato. Una fotografía es un retrato que permite que un instante se inmortalice con total exactitud, conservando el aspecto que poseía lo retratado en ese momento, para poder luego traerlo a la memoria con mayor facilidad y certeza.

En el siglo XX, el retrato se expande a nuevos medios. La cinematografía y la televisión se convierten en plataformas para el retrato, y los retratos animados y digitales comienzan a ganar popularidad. Los retratos también se vuelven más abstractos y conceptuales, reflejando los cambios en la percepción del arte y la identidad.

Cuando alguien se parece mucho físicamente a otro se dice que es “su retrato” especialmente referido a parientes: “Eres el vivo retrato de tu abuelito”, por ejemplo.

En la Literatura se llama retrato a la descripción de una persona (y a veces un animal) con palabras del modo más exacto posible, de modo que podamos hacernos una idea del mismo sin verlo. Si la descripción es física, se denomina prosopografía y si incluye los rasgos de su personalidad se llama etopeya.

En el siglo XXI, el retrato ha evolucionado aún más con el advenimiento de las redes sociales y la tecnología digital. Los selfies, una forma de autorretrato, se han vuelto omnipresentes, y los filtros digitales permiten a las personas alterar y personalizar su apariencia en sus retratos. A pesar de estas innovaciones, el propósito fundamental del retrato sigue siendo el mismo: capturar y preservar la esencia de un individuo para la posteridad.

Citar este artículo

Fingermann, H. (11 de noviembre de 2015). Concepto de retrato. Deconceptos.com. Actualizado el 22 de febrero de 2024. https://deconceptos.com/arte/retrato

Buscar otro concepto