Concepto de vasija
La palabra vasija significa vaso, que en latín es «vas» mientras que su diminutivo, «vasicula» designa a una vasija, que puede ser definida como un receptáculo, con un espacio cóncavo o interior que sirve para contener o almacenar elementos líquidos, líquidos grasos como el aceite, o sólidos, pudiendo ser elaboradas con diferentes materiales, barro, arcilla, cerámica, madera, hierro, etcétera, y sus tamaños y formatos pueden ser variables.
Los primeros hombres prehistóricos, del período neolítico, al generar sus primeras manifestaciones culturales, crearon vasijas para guardar alimentos o productos destinados a ser usados de modo no inmediato, como resultado de una conducta típicamente humana que es la previsibilidad.
Las primeras vasijas eran precerámicas, para luego descubrir la cerámica como gran descubrimiento neolítico, seguramente al recubrir con barro los cestos. El vaso campaniforme se difundió en especial hacia el año 2.000 a. C. por el Mediterráneo, cuyo origen sería Andalucía, pero llegó hasta Dinamarca, , y se caracterizó por la forma de campana invertida y sus decoraciones geométricas, en líneas rectas o zigzagueantes, que se hacían usando las uñas o un punzón..
En el Museo Arqueológico de Barcelona puede apreciarse una vasija de cerámica excisa, lo que quiere decir que antes del horneado se le quitaba parte de la superficie, basándose seguramente en la técnica pastoril consistente en la fabricación de cuencos en madera que se ahuecaban usando el cuchillo de monte. Se usaba para hacerlas, una pasta anaranjada o negra.
Las técnica del horneado para endurecer el material se remonta a los pueblos persas y mesopotámicos de hace siete mil años, y al Antiguo Egipto de los primeros momentos de su Historia.
La Antigua Grecia también aportó significativamente al desarrollo de la cerámica, creando estilos distintivos como las técnicas de figuras negras y figuras rojas desarrolladas en el siglo VI a.C.
Los griegos fabricaron diversas formas como ánforas para almacenar vino y aceite, cráteras para mezclar el vino, e hidrias para el agua.
Estas vasijas no solo cumplían funciones prácticas sino también artísticas al representar escenas mitológicas y de la vida cotidiana, convirtiéndose en importantes testimonios de su cultura.
Los descubrimientos arqueológicos han revelado vasijas de gran valor histórico, como las cerámicas de la Dinastía Tang (618-907 d.C.) halladas en naufragios a lo largo de rutas comerciales marítimas, que evidencian las extensas redes comerciales de China.
Igualmente notables son las vasijas de vidrio romanas de Pompeya, preservadas intactas por la ceniza volcánica tras la erupción del Vesubio en el año 79 d.C.
Estos hallazgos han permitido conocer con detalle las técnicas y usos de estos recipientes en la antigüedad.
Muchas veces las vasijas tuvieron una significación y uso religioso, pudiendo contener aceites balsámicos, vinos u otras bebidas destinadas al culto, y también servir de osario.
En Ecuador existe una canción tradicional, que data de 1950, cuyo nombre es «Vasija de barro» donde se expresa ese valor religioso y mortuorio de la vasija, cuando expresa en la letra, el deseo del autor de ser enterrado en una vasija de barro al igual que sus ancestros, ya que los aborígenes americanos también crearon sus vasijas.
Esta emblemática canción fue escrita por Jorge Carrera Andrade, Hugo Alemán, Jorge Enrique Adoum y Jaime Valencia, y compuesta por Gonzalo Benítez y Luis Alberto Valencia.
Desde su creación en 1950, «Vasija de Barro» se ha convertido en un símbolo cultural del patrimonio indígena ecuatoriano.
Es considerada una de las piezas más importantes de la tradición musical de Ecuador, reflejando la profunda conexión entre la alfarería y la identidad cultural a lo largo de América Latina.
Fingermann, H. (16 de octubre de 2013). Concepto de vasija. Deconceptos.com. Actualizado el 12 de mayo de 2025. https://deconceptos.com/arte/vasija
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