Concepto de pródigo

La palabra pródigo, procedente del latín «prodigus», puede entenderse en un sentido positivo como todo aquello que abunda. Así por ejemplo la empleamos para decir que la naturaleza ha sido pródiga al proveer de alimentos a sus criaturas, por haber sido mucha la cantidad que les asignó, dándose también en este caso a la prodigalidad una significación generosa. Otro caso donde puede usarse con el mismo sentido es cuando afirmamos: “La madre le prodigó (fue pródiga) todo el cuidado posible ante la grave enfermedad; o podemos decir que la producción del artista ha sido pródiga, en el sentido sólo de cuantiosa.

En la Biblia se hace referencia a la parábola del hijo pródigo (capítulo XV, versículos 11 a 32 del Evangelio de San Lucas), protagonizada por el hijo menor, que le pide a su padre su porción hereditaria, y tras recibirla, la derrocha, y debe volver arrepentido a solicitar el perdón de su padre, que lo recibe misericordioso. En este sentido, la palabra pródigo es negativa, hace alusión a aquella persona que malgasta sus bienes, o sea, los utiliza para placeres vanos e improductivos. Por extensión, se aplica actualmente a los casos en que una persona se aleja de su patria, y luego retorna a ella.

Esta última acepción de la palabra pródigo, jurídicamente, y ya desde el Derecho Romano, se regula así: la persona que es declarada judicialmente pródiga, a la que se considera incapaz de actuar por sí misma (incapaz de hecho) requiere que lo haga por él un curador, con el objetivo de cuidar el patrimonio del pródigo y no poner en riesgo a la familia que de él dependa. El pródigo no es cualquier persona que gasta su dinero en cosas inútiles o perjudiciales para su salud, sino que debe estar comprometiendo su patrimonio, con riesgo de caer en la indigencia, ya que si una persona es adinerada y gasta parte de lo que tiene, no hay riesgo alguno, salvo que sea en cosas que lo dañen física o psíquicamente, pero tampoco en ese caso se hablaría de pródigo. En Roma, en la última etapa de su Derecho, se protegió al pródigo, incluso si no tenia familia, para evitar que caiga en la indigencia. Estos gastos vanos, que no deben ser ocasionales sino habituales, pueden ser apostar en juegos de azar, comprar bebidas alcohólicas o drogas ilícitas, adquirir propiedades inmuebles o muebles de lujo, ir de veraneo a lugares opulentos, pagar por favores sexuales, etcétera.

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Fingermann, H. (4 de diciembre de 2011). Concepto de pródigo. Deconceptos.com. Actualizado el 11 de febrero de 2023. https://deconceptos.com/ciencias-juridicas/prodigo

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