Concepto de balbuceo

La palabra balbuceo, procede del latín “balbus” en el sentido de tartamudo, y es la acción y el efecto del verbo balbucear o balbucir, que se aplica tanto a los primeros sonidos que emiten los bebés, de modo entrecortado y vacilante, sin ser todavía palabras con sentido; y al hablar poco fluido y con titubeos, de personas que ya deberían poder expresarse oralmente, de modo coherente y entendible.

En los bebés, es la práctica de la fonación, los primeros intentos para comunicarse con su entorno, además del llanto, que es el primer medio con que contó para ello. En el balbuceo, ejercita sus cuerdas vocales, la posición de su lengua y su respiración.

Hasta los dos meses de vida, cuando el bebé reclama algo, lo hace llorando, pero, además puede emitir sonidos, que hacen vibrar sus cuerdas vocales, como arrullos o gorjeos, de tipo gutural, aunque pueden reconocerse sonidos de letras, especialmente vocales, como la “a”, a partir de los dos meses de vida, donde se inicia la etapa pre-lingüística, en la que comenzarán a entrenarse los músculos de la cara y los órganos de la fonación.

A los tres meses, a veces, ya puede unir una consonante con una vocal; aunque los primeros balbuceos, de una sola sílaba empiezan alrededor de los cinco meses; el de dos sílabas que repite, juntas, como “da-da”, “ba-ba”, “ma-ma” o “pa- pa”, aparece aproximadamente a los seis o siete meses. Si bien parece que ya dice mamá o papá, aún no sabe su significado. A partir de los nueve meses, ya puede combinar diferentes sílabas y trata de imitar sonidos; hasta que, al año, comenzará la emisión de sus verdaderas palabras con sentido. Esta evolución natural, puede estimularse, si al bebé se le habla, canta y repiten palabras.

Además de su importancia en el desarrollo lingüístico, el balbuceo también tiene un papel fundamental en el desarrollo emocional y social del bebé. A través del balbuceo, los bebés aprenden a expresar sus emociones y a interactuar con las personas que les rodean. El balbuceo también ayuda a los padres a entender las necesidades y los sentimientos de su bebé, fortaleciendo así el vínculo entre ellos.

Ejemplos: “El bebé balbuceaba sus primeras palabras y sus padres estaban emocionados” o “El tierno balbuceo del pequeño, sonaba como música para mis oídos”.

Las personas que ya dominan el lenguaje, pueden balbucear, que es hablar de modo inentendible, no por ser su tono bajo, sino entrecortado; por diferentes circunstancias, como por ejemplo, estar ebrio, drogado, mareado, nervioso, avergonzado, haber sufrido un ACV, entre otras causas.

El balbuceo en adultos puede ser un signo de una serie de condiciones médicas o psicológicas, como el estrés, la ansiedad, el trastorno del habla, la esquizofrenia, el Alzheimer, entre otros. En estos casos, es importante buscar la ayuda de un profesional de la salud para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Ejemplos: “Balbuceó unas pocas palabras, y no pudo seguir con su discurso, pues los nervios lo dominaron, y tuvo que bajar del escenario”, “Tomó tanto vino, que su hablar era balbuceante, y no podía mantenerse en pie” o “Quiso gritar para pedir auxilio tras el atraco que sufrió, pero de su boca solo salían balbuceos, pues estaba preso del terror”.

Citar este artículo

Fingermann, H. (7 de abril de 2022). Concepto de balbuceo. Deconceptos.com. Actualizado el 5 de abril de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-naturales/balbuceo

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