Concepto de aburrimiento
El aburrimiento es el efecto y la acción del verbo aburrir, que procede etimológicamente del latín “abhorrere”, compuesto por el prefijo privativo “ab” y por “horrere” en el sentido de asustar. El que tiene aburrimiento no se asusta, no se perturba, no se inquieta, pero tampoco se divierte ni goza.
El aburrimiento genera apatía, falta de entusiasmo y pasividad, pues implica la pérdida de sentido y de alegría. Estar aburrido es una sensación que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas, por ejemplo, si estamos participando de una conversación poco interesante, si estamos solos en un lugar sin tener nada divertido o entretenido para hacer, si vemos una película donde las escenas se suceden sin conmovernos ni divertirnos, etcétera. También puede referirse al hastío de soportar mucho tiempo una situación incómoda o dolorosa, como cuando decimos “Esta gripe me está durando demasiado, estoy aburrida de sentirme mal”.
El aburrimiento puede ser un síntoma de una vida desprovista de metas o propósitos, o de la falta de estímulos intelectuales o emocionales. En este sentido, puede ser un indicador de que algo en nuestra vida necesita cambiar. Por ejemplo, si nos aburrimos constantemente en el trabajo, puede ser una señal de que no estamos satisfechos con lo que hacemos y que necesitamos buscar un empleo más estimulante o desafiante.
Hay personas más propensas a aburrirse que otras, pues algunas, cuando están aburridas se vuelven creativas y tratan de zanjar ese estado de ánimo desfavorable con imaginación y creatividad, por ejemplo: “Mi hijo estaba aburrido en este día lluvioso, y se me ocurrió confeccionar con él barquitos de papel y hacerlos navegar en los charcos, y al final, resultamos muy entretenidos”, “La lección que nos dio la maestra para estudiar era muy aburrida, pero busqué videos en Internet sobre el tema con aplicaciones prácticas, y terminó resultando muy interesante” o “En los momentos en que me aburro nace mi interés por las distintas expresiones artísticas y escribo poemas o pinto cuadros”.
Estos ejemplos citados en el párrafo anterior son modos positivos de combatir el aburrimiento, sin embargo, en otros casos, las salidas son no deseables: “el niño se aburría en la escuela y no encontró mejor manera de divertirse que ensuciar las ropas de sus compañeros” o “El joven tenía tantas cosas materiales que dejó de sorprenderse, se aburrió, y eligió el camino de las drogas para evadirse de un mundo que le resultaba aburrido”.
Es importante destacar que el aburrimiento puede tener también un lado positivo. Según algunos estudios, el aburrimiento puede fomentar la creatividad y la innovación, ya que nos obliga a buscar nuevas formas de entretenimiento y de ocupar nuestro tiempo. Además, el aburrimiento puede ser una oportunidad para reflexionar sobre nosotros mismos y sobre nuestra vida, para reevaluar nuestras metas y prioridades, y para tomar decisiones que nos lleven a una vida más plena y satisfactoria. En este sentido, el aburrimiento puede ser visto no como un enemigo, sino como un aliado que nos empuja a crecer y a evolucionar.
Fingermann, H. (15 de diciembre de 2015). Concepto de aburrimiento. Deconceptos.com. Actualizado el 23 de abril de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/aburrimiento
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