Concepto de interjección
La interjección, palabra cuyo origen etimológico se halla en el latín “interjectio” con el significado de “intercalación” es en la oración una parte invariable en género y número, o que constituye la oración completa, que en general por sí sola sirve para expresar en forma repentina o no premeditada lo impresionados que estamos frente a algo que ha ocurrido o que está sucediendo, o que conmueve nuestros sentidos (visuales, táctiles, olfativos o gustativos) o que experimentamos mientras nos están contando. Se escriben entre comas y llevan signos de admiración.
La interjección entonces, expresa una emoción que nos conmueve por lo sorprendente y que conmueve nuestra vivencia actual, aún cuando el hecho pueda surgir de un recuerdo; por ejemplo: “¡Caray! No creí que pensar en mi ex novio me conmoviera tanto.
Existen algunas palabras específicas que se usan como interjecciones, por ejemplo “¡Ay!” “¡Ah”! y “¡Oh!” que pueden expresar tanto sorpresa, como desprecio, ira, mofa, pena, gozo o admiración; “¡Bah”! se usa para demostrar desdén o molestia; ¡Cáspita!” expresa extrañeza, sorpresa o admiración; “Ea! Se usa para dar ánimos o apurar; “¡Huy!” muestra dolor; “¡Uf!” se utiliza para exteriorizar fastidio, etcétera. Estas interjecciones que usan palabras determinadas, se llaman interjecciones propias.
Además, es importante destacar que las interjecciones pueden ser utilizadas en una amplia variedad de contextos y situaciones. Por ejemplo, en un contexto informal o coloquial, las interjecciones suelen ser utilizadas con frecuencia para expresar emociones o reacciones espontáneas. En este sentido, las interjecciones pueden ser una herramienta muy útil para darle un tono más natural y auténtico a la conversación.
Por otro lado, en un contexto más formal o académico, las interjecciones suelen ser utilizadas con menos frecuencia y su uso puede ser considerado como inapropiado o poco profesional. Sin embargo, en ciertas situaciones, el uso de interjecciones puede ser una estrategia efectiva para captar la atención del público o para enfatizar un punto importante.
Otras palabras no son con habitualidad usadas como interjecciones, pero pueden cumplir esa función en un contexto dado. Son las llamadas interjecciones impropias; por ejemplo “¡Cuidado!”, “¡Fuego!” o “¡Vaya!”.
Para dar mayor expresividad a lo que se siente, suelen usarse repetidas, por ejemplo “¡Vaya, vaya!”. En ocasiones puede no ser una sola palabra, sino ir acompañadas de un complemento, por ejemplo “¡Ay de mí!”.
Además, es importante mencionar que las interjecciones pueden ser utilizadas en diferentes formas y estructuras gramaticales. Por ejemplo, pueden ser utilizadas al inicio de una oración para establecer el tono o el estado de ánimo de la conversación. También pueden ser utilizadas en medio de una oración para enfatizar un punto o para expresar una reacción espontánea. Finalmente, pueden ser utilizadas al final de una oración para darle un cierre emocional o dramático a la conversación. En resumen, las interjecciones son una parte esencial de la lengua que nos permite expresar nuestras emociones y reacciones de una manera directa y auténtica.
Fingermann, H. (13 de diciembre de 2012). Concepto de interjección. Deconceptos.com. Actualizado el 18 de octubre de 2024. https://deconceptos.com/lengua/interjeccion
Concepto siguiente >> |