Concepto de beneplácito
De los término latinos “bene” que se traduce como “bien” y “placitus”, que es el participio en pasado del verbo “placere” en el sentido de “complacer”, surgió beneplácito que designa actualmente, por un lado, el placer, satisfacción y goce que algo nos provoca; y por el otro aprobación, permiso, autorización o aquiescencia. En la antigüedad la expresión “bene placitus” como conformidad, se colocaba en las propuestas de nombramientos oficiales.
En el primer sentido, es un sentimiento de goce y bienestar que nos provoca una presencia, una noticia, un suceso, etcétera, por ejemplo: “Siento beneplácito en recibir en mi hogar a una persona tan destacada como usted”, “Recibí la noticia de tu próxima boda con gran beneplácito” o “Toda la comunidad manifestó su beneplácito por haber ganado la batalla contra la epidemia que la azotaba”, respectivamente.
En el segundo sentido, de contar con la conformidad necesaria para llevar a cabo una gestión o concretar un propósito, que no depende solo de nosotros, podemos usarlo, por ejemplo: “Mi jefe me otorgó su beneplácito para que armara un nuevo grupo de trabajo”, “Obtuve el beneplácito de mi madre para poder viajar al exterior a continuar mis estudios”, “¿Me otorgaría su beneplácito para visitar a su hija?” u “Otorgué a mi sobrino el beneplácito para que se mudara a vivir conmigo”.
En el ámbito jurídico y dentro de las relaciones contractuales, para que pueda celebrarse un negocio jurídico bilateral sinalagmático, se necesita el acuerdo o beneplácito de ambas partes: “Necesito el beneplácito del vendedor a la oferta que le realicé sobre su inmueble, para poder así concretar mi sueño de tener la casa propia”.
Además, el beneplácito también tiene un rol importante en la diplomacia y las relaciones internacionales. En este contexto, se utiliza para referirse a la aprobación formal que un país otorga a un diplomático extranjero para que pueda representar a su país en el territorio anfitrión. Este proceso se conoce como ‘agrement’ y es esencial para mantener la cordialidad y el respeto entre las naciones. Por ejemplo: “El gobierno otorgó su beneplácito para que el nuevo embajador de Francia asuma su cargo”.
En el ámbito religioso, el término beneplácito se utiliza para referirse a la aprobación o consentimiento otorgado por una autoridad eclesiástica, como el Papa o un obispo, para llevar a cabo ciertas acciones o decisiones dentro de la Iglesia. Este uso del término se remonta a los primeros días del cristianismo y sigue siendo relevante en la actualidad.
El beneplácito también puede ser un elemento importante en la literatura y el arte, donde puede representar la aprobación o el placer que un personaje o un artista siente hacia algo o alguien. En este sentido, puede ser un poderoso motor de la trama o un elemento clave en la interpretación de una obra.
En el lenguaje cotidiano, el beneplácito puede ser una forma elegante y formal de expresar aprobación o placer. Aunque no es una palabra que se use con frecuencia en la conversación diaria, puede ser muy efectiva en discursos, escritos formales o situaciones en las que se requiere un cierto nivel de formalidad.
Fingermann, H. (17 de noviembre de 2017). Concepto de beneplácito. Deconceptos.com. Actualizado el 15 de febrero de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/beneplacito
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