Concepto de cremación
La cremación es el efecto y la acción de cremar, verbo que nació del latín “cremare” que significa “quemar”. La cremación es el acto por el cuál se reduce a cenizas un cuerpo, en especial referido a un cadáver humano o animal, lo que se logra en un horno crematorio, a una temperatura de 800 º C durante el transcurso de una hora o dos. Las cenizas que quedan son partículas óseas.
Se cree que el hombre cremó o incineró cadáveres a partir del período Neolítico, tanto en Oriente como en Occidente. El judaísmo y luego el cristianismo vieron con malos ojos esta práctica, propia del paganismo, que destruía el cuerpo que es el templo del alma y objeto del bautismo cristiano, prefiriendo la inhumación. La cremación volvió a cobrar relevancia a partir de 1860 y en 1874, sus bondades fueron expuestas por Sir Henry Thompson que publicó un libro llamado “Cremación y el tratamiento del cuerpo luego de la muerte” fundando además la Sociedad Inglesa de la Cremación.
En el año 1963, los católicos tuvieron permitido cremar a sus muertos, luego de la ceremonia de la liturgia, salvo que se realice para renegar de la fe, aunque se aconseje la inhumación. En el judaísmo la cremación está prohibida, como tampoco está permitido embalsamar el cuerpo del difunto o colocarlo en un mausoleo. Entre los musulmanes cremar un cuerpo es faltarle el respeto debido. En el lado opuesto, anglicanos, testigos de Jehová, hindúes y budistas alientan a la cremación de un cuerpo que ya está despojado del alma.
La cremación supone un método económico, tanto porque no se ocupa un lugar físico amplio como el destinado al entierro como por la incomodidad de visitar el lugar donde descansan los muertos si sus familiares y amigos viven lejos. Sin embargo la cremación constituye un gran perjuicio para el medioambiente por el gran gasto de combustible que presupone y los gases tóxicos que emanan de la combustión.
A pesar de las controversias religiosas y ambientales, la cremación ha ganado popularidad en las últimas décadas. Muchas personas eligen esta opción por razones personales, como la creencia de que es una forma más higiénica y rápida de despedirse de los seres queridos. Además, las cenizas resultantes pueden ser guardadas en urnas, esparcidas en lugares significativos para el difunto o utilizadas en joyería conmemorativa, lo que proporciona una forma tangible de recordar a los seres queridos.
El proceso de cremación en sí mismo es bastante complejo y requiere una serie de pasos cuidadosamente controlados. Después de la incineración, las cenizas son retiradas del horno y procesadas para eliminar cualquier objeto metálico, como prótesis o implantes dentales. Luego, las cenizas son pulverizadas hasta obtener una consistencia fina y uniforme.
En cuanto a la legislación, cada país tiene sus propias leyes y regulaciones en torno a la cremación. En algunos lugares, es necesario obtener un permiso especial para cremar un cuerpo, mientras que en otros, la cremación puede realizarse siempre que se cumplan ciertas condiciones. En muchos lugares, las leyes también dictan cómo y dónde pueden esparcirse las cenizas.
Finalmente, es importante mencionar que, aunque la cremación puede ser una opción más económica que el entierro tradicional, todavía puede implicar costos significativos. Estos pueden incluir el costo del ataúd (aunque generalmente se utiliza un ataúd más simple para la cremación), el costo del horno crematorio, los honorarios del personal que realiza la cremación y los costos asociados con el almacenamiento o esparcimiento de las cenizas.
Fingermann, H. (15 de septiembre de 2015). Concepto de cremación. Deconceptos.com. Actualizado el 13 de septiembre de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/cremacion
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