Concepto de epónimo
La palabra epónimo se compone de los siguientes términos de origen griego: “epi” en el sentido de “sobre” o “encima”, y “onomos” que puede traducirse como “nombre”, o sea que literalmente un epónimo es un sobrenombre.
Un epónimo es el nombre de alguien que se le otorga a algún lugar de la Tierra o del espacio, a una parte del organismo, a una época, a una ciudad, a un Estado, etcétera, en homenaje a una persona o deidad vinculada de alguna manera al que recibe el epónimo. Es una costumbre ancestral. La ciudad griega de Atenas recibió su nombre por la diosa Atenea. Nuestro mes de julio, se llama así por el cónsul romano Julio César, y agosto, por el primer emperador de los romanos, Augusto. La ciudad de Alejandría homenajea a su fundador, Alejandro Magno. El continente americano, se denominó así por Américo Vespucio, que confirmó que se trataba de un nuevo continente y no de la India, como pensara Cristóbal Colón. Bolivia, recibió ese nombre en honor a Simón Bolívar.
En cuanto a los descubrimientos, entre otros, podemos mencionar al teorema de Pitágoras; o la unidad de capacidad eléctrica faradio, que se denomina así por el físico británico, Michael Faraday (1791-1867)
En Biología, hablamos de aparato de Golgi, o de trompas de Falopio; en el primer caso en homenaje al biólogo italiano Camilo Golgi (1843-1926), y en el segundo por quien las describió, en el siglo XVI, que fue el anatomista italiano, Gabriel Falopio.
En las enfermedades, el mal de Alzheimer o el de Parkinson recibieron este nombre, el primero por la identificación de la enfermedad que en el año 1901 hizo el psiquiatra Alois Alzheimer, de nacionalidad alemana; y el segundo en homenaje al médico inglés James Parkinson quien describió sus síntomas bajo el nombre de “Parálisis Agitans”.
Otros casos es cuando la persona o Dios, representa una idea o sentimiento, como Cupido con respecto al amor.
También las cosas pueden dar lugar a epónimos, como los días de la semana que surgen de la Astronomía: lunes viene de la Luna, satélite de la Tierra, martes del planeta Marte, el planeta Mercurio le da el nombre al miércoles, etcétera.
Además, en el mundo de la literatura y el arte, los epónimos son frecuentes. Por ejemplo, el término «kafkaesco», derivado del autor Franz Kafka, se utiliza para describir situaciones surrealistas y absurdas que reflejan la alienación y la deshumanización. Del mismo modo, «orwelliano» se refiere a una situación que evoca la opresión totalitaria y la vigilancia omnipresente, en referencia a las obras de George Orwell.
En el campo de la tecnología, los epónimos también son comunes. El término «diesel», por ejemplo, se deriva del inventor del motor diesel, Rudolf Diesel. Asimismo, «watt» es una unidad de potencia nombrada en honor a James Watt, un ingeniero e inventor escocés que hizo contribuciones significativas a la mejora de la máquina de vapor.
En la música, el término «sousaphone», un tipo de tuba, lleva el nombre de su creador, el famoso director de banda y compositor John Philip Sousa. En la moda, muchas prendas de vestir llevan el nombre de su creador o de la persona que las popularizó, como el «sombrero Stetson», llamado así por John B. Stetson, o el «traje Chanel», en honor a la diseñadora de moda Coco Chanel.
Los epónimos, por lo tanto, están presentes en todos los aspectos de nuestra vida, desde la geografía hasta la ciencia, la tecnología, el arte, la literatura y más allá. Son una forma de homenaje, una manera de recordar a aquellos que han hecho contribuciones significativas en sus respectivos campos.
Fingermann, H. (15 de agosto de 2019). Concepto de epónimo. Deconceptos.com. Actualizado el 21 de junio de 2024. https://deconceptos.com/general/eponimo
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