Concepto de augurio
En la Antigua Roma recibían el nombre de augures (aunque también los hubo entre etruscos y griegos) los miembros de uno de los colegios sacerdotales que se encargaban de consultar si la voluntad de los dioses hacían que un día sea fasto o nefasto para realizar un acto determinado de trascendencia pública, basándose en el vuelo o canto de las aves, en fenómenos naturales como truenos y relámpagos, o en el apetito de los pollos sagrados. Sus miembros fueron aumentando pasando rápidamente de tres a quince. Había demás de estos augures oficiales, otros particulares. Los augures también existieron entre griegos y etruscos. En la Repuública romana solo los magistrados superiores podían consultar a los augures.
Se diferenciaban los augures de otros sacerdotes, llamados auríspices, que consultaban a los dioses sobre su voluntad, pero interpretándola en base a las entrañas de animales sacrificados.
Si bien el presagio es usado como sinónimo de augurio, se diferenciaba sobre todo en la antigüedad en que el presagio es más obra de la casualidad que de la causalidad. El presagio pretende adivinar lo que sucederá por mera intuición. La misma etimología de presagio, del latín «praesagium», integrado por el prefijo de antelación «prae» y por «sagire» referente al olfato, nos permite deducir que un presagio es algo que se siente basado solo en lo que se observa y de allí, se sacan conclusiones: «Al ver la cara pálida de tu madre tuve el presagio que algo malo le iba a suceder».
Actualmente se conoce como augurio, a un vaticinio de algo positivo o negativo a acontecer en el futuro, basándose en ciertas señales. Por ejemplo: “Viendo la inteligencia demostrada por el niño, le fue augurado un promisorio futuro”; “Que haya sol en tu casamiento, es un buen augurio”, “Es de mal augurio que el novio vea el vestido que lucirá la novia, antes del casamiento”. En estos dos últimos casos, los augurios se basan en supersticiones. Algunas supersticiones asocian a ciertos animales con malos augurios como búhos, murciélagos o gatos negros.
En las Fiestas de Fin de Año, se expresan a través de mensajes, buenos augurios como expresión de deseo, entre familiares y amigos: «Levanté mi copa para desear buenos augurios en este año que hoy inicia».
También es un nombre masculino, que tuvo, entre otros, Augurio de Tarragona, mártir cristiano, quemado vivo durante las persecuciones a los cristianos de los emperadores romanos Valerio y Galerio en el siglo III. Fue santificado como San Augurio.
Fingermann, H. (7 de noviembre de 2011). Concepto de augurio. Deconceptos.com. Actualizado el 30 de diciembre de 2022. https://deconceptos.com/general/augurio
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