Concepto de lacayo
La palabra lacayo, de origen incierto (tal vez, del alemán “kenet” que significa “sirviente”) se usa en la actualidad, de modo despectivo, para nombrar a aquella persona que le sirve a otra ciegamente, la adula y se deja menospreciar por ella, con tal de ganarse sus favores, pocos o muchos, pero que el lacayo considera necesarios. El lacayo se coloca en una posición servil, ya sea porque aquel, al que sirve, lo domina, a través de la violencia (física, emocional o económica) o la persuasión; o porque tiene tan dañada la autoestima, que necesita de otro que lo avale y proteja.
Además, el lacayo puede ser visto en muchos ámbitos de la vida cotidiana, no solo en el entorno laboral o político. En la vida social, por ejemplo, es posible encontrar lacayos que buscan la aprobación de sus pares a través de la adulación y la sumisión. En la educación, algunos estudiantes pueden convertirse en lacayos de sus profesores, buscando su favor a través de la obediencia ciega y la adulación.
Ejemplos de uso: “Estoy cansado de ver como mi compañero de trabajo se ha convertido en lacayo de mi jefe, y acepta todas sus órdenes, por más descabelladas que sean, con tal de ganarse su confianza”, “Yo no soy lacayo de nadie, así que no pienso obedecerte si me tratas con desprecio”, “Aunque sea el gerente de esta empresa, no me gustan los lacayos, sino los colaboradores, para poder trabajar en equipo”, “El dirigente político está rodeado de lacayos que aplauden su gestión, sin evaluar las consecuencias negativas que han tenido sobre la comunidad” o “Para ser un líder, hay que guiar al grupo con respeto y consideración, y no actuar como si fueran lacayos”.
Históricamente, han sido llamados lacayos, los dos soldados que acompañaban a la guerra a sus señores, como escuderos, caminando, escoltándolos, y armados con una ballesta, participando en la defensa del caballero, o luchando junto a otros lacayos contra el enemigo.
También se conocen con el nombre de lacayos, a aquellos criados que servían a sus patrones de modo sumiso, haciendo tareas que mostraban su condición inferior, como abrirles las puertas de los vehículos para que ascendieran o descendieran.
Era común, en los sistemas del Antiguo Régimen, la existencia de lacayos, pues los estamentos sociales estaban muy diferenciados y legalmente aceptados. El concepto de igualdad ante la ley y de dignidad humana (aunque en la práctica no siempre se respete) es propio de la Edad Contemporánea.
Además, la figura del lacayo ha sido retratada en numerosas obras literarias y cinematográficas, donde se muestra la sumisión y la falta de dignidad de estos personajes. En estas representaciones, el lacayo es a menudo mostrado como un personaje cómico, cuya sumisión y falta de autoestima son objeto de burla.
“El lacayo fingido” es el título de una comedia de enredos, del dramaturgo español, Lope de Vega (1562-1635).
Como apellido, Max Lacayo, es un poeta, guionista, periodista y economista nicaragüense, nacido en 1951. Publicó artículos interesantes en el diario La Prensa de su país; y también, cuentos y poesías, destacándose, el cuento romántico, «Tinta invisible», con influencia platónica, y escrito en forma de versos.
Fingermann, H. (13 de julio de 2021). Concepto de lacayo. Deconceptos.com. Actualizado el 28 de marzo de 2024. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/lacayo
Concepto siguiente >> |