Concepto de mimo
La palabra mimo presenta dos acepciones. La primera de ellas es una demostración de ternura, que se expresa en caricias, besos halagos, regalos o arrumacos. Los niños son muy proclives a pedir y recibir mimos, aunque también son frecuentes entre padres e hijos de cualquier edad, novios, amigos, etcétera. Quien es susceptible de disfrutar de estar demostraciones afectivas se le dice mimoso, y puede tratarse también de mascotas, como perros o gatos.
Ejemplos: “Mi abuelo está muy anciano y cuando lo visito le gusta que lo mime, llevándole sus comidas preferidas”, “A mi perro le encantan los mimos, se pone con la pancita para arriba para que lo acaricie”, “Mi bebé es el primer nieto de ambas familias, así que lo miman con besos, paseos y regalos” o “Me gustaría a veces recibir un mimo de mi pareja, es una buena persona pero muy reticente a las demostraciones afectivas”.
El segundo significado reconoce su etimología en el griego μῖμος (léase mîmos) de donde pasó al latín como mimus, que puede traducirse como “imitación” en alusión al artista teatral que se comunica con el público mediante gestos y movimientos, evitando el uso de palabras.
Origen de los mimos en el arte
Es posible que los primeros mimos actuaran en Sicilia. En los teatros de la antigua Grecia, los mimos, actuaban en los teatros improvisando sus representaciones, acompañados de bailarines o magos.
El dramaturgo griego, Esquilo (525 a. C – 456 a. C) representante de la tragedia habló de los mimos en su obra. El griego Sofrón se ocupó de representar en sus escritos la cotidianeidad de los griegos en Sicilia, en prosa rítmica, siendo el mensaje de tipo realista, elemental y sin mensajes éticos, con refranes, dichos populares y hasta obscenidades, elevando el mimo a la categoría de un género literario, representado por un artista único o por compañías.
En el siglo IV Diomedes nos dice que el mimo es una imitación de la realidad que se basa en temas permitidos y también prohibidos. Como variante de la comedia o farsa dórica, que los dorios llevaron a Sicilia y realizaban de modo improvisado y no escrito; Sofrón escribió mimos, composiciones sobre la vida común de las personas, de manera hablada o cantada pero de estilo popular, siendo los que fueron la inspiración para Platón quien los empleó en Atenas, como forma introductoria de sus diálogos. El filósofo griego Aristóteles (384 a. c -322 a. C) habló de los mimos en su “Poética”, donde se ocupa de describir las tragedias, y la forma en que puedan resultar bellas. Sin embargo, en Atenas, la refinada poesía dramática, competía con el mimo, de esencia vulgar, que logró captar más atención en las ciudades del este.
En el siglo III antes de Cristo, el poeta Herodas, autor de obras teatrales humorísticas, compuso temas redactados en verso, llamados mimiambos, en método alejandrino. Usa proverbios, exclamaciones groseras y escandalosas.
En el siglo V, la iglesia se opuso a los mimos, por sus burlas hacia las prácticas religiosas, resurgiendo recién en Italia en el siglo XV.
El actor francés Étienne Decroux (1898-1991) revivió este arte dramático del movimiento, representando los sentimientos más profundos.
Se considera a Marcel Marceu (1923-2007) el mejor mimo a nivel mundial, combinando la mímica con el ballet.
Maquillaje y vestuario
Para hacer resaltar los gestos, la cara del mimo se muestra pintada de blanco, destacando con otros tonos, los labios y los ojos. La ropa es cómoda para poder moverse con libertad, siendo los tonos preferidos el blanco, el negro y el rojo. En general usan guantes blancos y muchas veces, pantalones con tiradores.
Fingermann, H. (21 de febrero de 2024). Concepto de mimo. Deconceptos.com. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/mimo
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