Concepto de lujo

Lujo es la abundancia en objetos, medios y comodidades, que exceden a lo que la población media puede disfrutar. El lujo son objetos suntuarios o disfrutes que no constituyen necesidades básicas y son privativas de una clase social privilegiada. Por ejemplo, tener derecho a una vivienda digna, a vestirse decorosamente, a tener un trabajo bien remunerado o a acceder a la asistencia sanitaria, no son lujos; sí lo son vivir en una mansión, tener un automóvil de alta gama, un yate, obras de arte de artistas famosos, viajar a lugares costosos asiduamente, etcétera.

Puede haber personas que viven siempre en medio del lujo, y otras, que pueden darse algún lujo cada tanto, por ejemplo: “Me privo de comprarme cosas todo el año, pero en las vacaciones me doy el lujo de alojarme en un hotel de cinco estrellas”.

Si bien el lujo es innecesario y crea profundas diferencias sociales, lo positivo es que mueve la economía, al insertar el dinero en el mercado, al no ahorrarlo.

Es también un concepto poco preciso, pues para algunas personas que no tienen nada, ver que otros tienen algo más que ellos, puede ser apreciado como lujo; y, por el contrario, quien tiene muchas cosas, puede considerar que le son absolutamente necesarias. Además, varía con el tiempo. Cuando aparecieron los primeros televisores, ordenadores o teléfonos móviles, quienes podían adquirirlos eran pocos, por su alto costo, y eran considerados artículos de lujo. Al abaratarse su precio, y hacerse su consumo masivo, dejaron de ser considerados artículos de lujo, pues se popularizaron.

Por extensión, todo aquello que no es normal y corriente, en sentido positivo, se dice que es un lujo: “Tu hijo es un lujo; es un ejemplo de respeto y cordialidad”, “Es un lujo contar con tu amistad, porque eres bueno y desinteresado” o “Este país es un lujo por su nivel de seguridad y esperanza de vida”.

Etimología

La palabra lujo procede del latín luxus, en el sentido de extravagancia, exceso u opulencia.

Lujo y ostentación

Hay personas que viven en medio del lujo pero no lo muestran a los demás. Pueden hacer un viaje muy caro a lugares paradisíacos y no exponerlo, por ejemplo, en las redes sociales. Si lo hicieran, si estarían ostentando. Las vestimentas, los rodados, las joyas, como se lucen en público, siempre son objeto de ostentación, mostrando a los demás un determinado estatus social, que tal vez sea solo aparente, pues puede tratarse de un automóvil alquilado, joyas falsas, etcétera, o adquieran deudas para simular una vida lujosa, que está lejos de sus posibilidades reales. Quienes necesitan ostentar bienes materiales, pretenden ser valorados por lo que tienen y no por lo que son. Además, quienes buscan la felicidad en el lujo, son personas frívolas con poca vida interior.

El lujo y los consejos del general José de San Martín

El general y héroe de la independencia de muchos países americanos, José de San Martín, escribió una serie de máximas para su hija Merceditas. En la número once, le aconseja amar el aseo y despreciar el lujo.

El lujo en el catolicismo

El lujo de las iglesias y sus tesoros son objeto de críticas, siendo que el Hijo de Dios, era muy humilde. La iglesia se defiende argumentando que Jesús nunca criticó el lujo de los templos judíos y que el mismo Yavé (Dios) le dio instrucciones a Moisés de los grandes lujos que debía tener la Casa de Dios, hecha con los metales más preciados.

El lujo en la historia

Los templos y palacios siempre fueron lujosos desde los comienzos de la historia. Los faraones egipcios vivían en suntuosos palacios que también albergaban templos monumentales en la época del imperio nuevo. Los reyes asiros, obtenían sus lujos saqueando y cobrando altos tributos. Los fenicios comerciaban estos artículos de lujo como joyas, telas y perfumes. Grecia tuvo su período de lujos tras las conquistas de Alejandro Magno, que llegó al Oriente Medio. En la antigua Roma, solamente el emperador podía lucir una capa de color púrpura con hilos de oro.

El lujo de los particulares, en la Edad Media, no era frecuente, ya que era condenado por la iglesia, y así se dictaron leyes suntuarias para limitar el lujo.

Con el Renacimiento y el inicio de la Edad Moderna, la idea del lujo deja de ser mal vista y la nueva clase adinerada, la burguesía dedicada primero al comercio y luego también a la actividad industrial, se rodeó de lujos, creando una profunda diferencia con el proletariado empobrecido.

Citar este artículo

Fingermann, H. (11 de enero de 2024). Concepto de lujo. Deconceptos.com. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/lujo

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