Concepto de optimismo

El optimismo es una manera de ver la vida de modo favorable y esperanzador. Ante un problema, una decisión o una mirada sobre lo que está ocurriendo, sucedió o sucederá se evalúa o espera el mejor resultado, y si luego resulta mal, no se lo ve como algo irreversible sino que se aprovecha lo que se puede sacar de esa experiencia negativa. Los optimistas son personas positivas. Es lo que comúnmente decimos “en un vaso lleno hasta la mitad, ven, no la parte sin contenido, sino la que está completa”.

Es un rasgo de la personalidad que tiene mucho de innato pero también influye lo ambiental, ya que quien ha vivido experiencias duras y traumáticas, puede verse más orientado hacia el pesimismo, que es la actitud contraria: esperar que lo que suceda sea malo, ver que lo que se está viviendo como desafortunado y rememorar el pasado como algo que atormenta. Quienes son capaces de seguir siendo optimistas a pesar de los embates duros de la vida, son considerados resilientes. Obviamente los optimistas son más felices que los pesimistas, aunque como veremos, todos los extremos son malos.

Ejemplos: “Soy muy optimista, creo que nacimos para ser felices, entonces siempre veo lo que está bien, y que lo malo pasará pronto”, “Seré optimista como siempre, y aunque estudié poco, confiaré en aprobar el examen” o “Confío que conseguiré trabajo pronto, soy optimista al respecto”.

Etimología

La palabra tuvo origen en el latín, optĭmus, que es lo  óptimo, bueno y conveniente. Fue tomada por el francés como optimisme, y de allí llegó a nuestro idioma.

En filosofía

Es la doctrina que ve en el universo la máxima perfección, y es en este ámbito donde el término fue usado por primera vez, para referirse a las ideas del filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz, expresadas en 1710, en su obra “Ensayos de Teodicea sobre la bondad de Dios…” que afirma que los males resultan justificados por el principio de la razón suficiente, y expresando que el orden está dado por la razón absoluta de Dios, que es la expresión de la libertad frente a un mundo contingente. En la naturaleza los fenómenos no suceden por la ausencia de contradicción absoluta, sino por obra de Dios, que es libertad pura, que eligió crear este mundo, y por lo tanto no puede ser sino el mejor posible. El mal es solo una mínima parte, necesaria para la existencia del bien.

En 1759, burlándose de la postura de Leibnitz, el filósofo iluminista Voltaire, tituló a su obra “Cándido o el optimismo”. El protagonista, Cándido, un joven lleno de privilegios, es educado en las ideas del optimismo de Leibnitz, creyendo que vive en el mejor de los mundos posibles, hasta que la realidad desploma todas sus creencias, haciéndolo vivir toda clase de desgracias, mientras Cándido se aferra inútilmente a la idea del mundo feliz.

En Psicología

Sin lugar a dudas, el optimismo nos mueve a la felicidad, pero ser optimista frente a una realidad que aparece evidentemente nefasta, es peligroso y puede evidenciar un trastorno psicológico o psiquiátrico. Quienes padecen un trastorno bipolar, por ejemplo, tienen períodos de euforia donde pueden arriesgarlo todo creyendo que tienen una especie de poderes especiales y cuando esto no resulta, caen en una profunda depresión. Por esa causa, el optimismo es positivo, siempre y cuando no nos aleje de la realidad.

El psicólogo estadounidense, Martín Seligman, nacido en 1942, de gran influencia en el campo de la psicología positiva, explica que ser pesimista acrecienta la ansiedad y el estrés. Las amenazas del mundo actual son muy diferentes de las que tenía el hombre primitivo, que frente a la necesidad de sobrevivir debía tener pesimismo, para resguardarse de esos peligros. Sin embargo un optimismo ingenuo, de creer que siempre, e indefectiblemente, todo va a ir bien, implica negar la realidad, y pensar que por obra de las energías positivas se van a solucionar los problemas sin su intervención, y tiene sueños imposibles de alcanzar. Es muy común escuchar la frase “querer es poder” y no podemos negar que el deseo puede conducir a la obtención del resultado, pero a veces esto no sucederá, como por ejemplo si deseamos fervientemente alcanzar un título universitario, pero no estudiamos o queremos y estamos convencidos que nuestra empresa funcionará y no hemos hecho estudios de mercado, instalándola en un sitio rodeado de excelente competencia. El que realmente sirve es el optimismo racional o inteligente, donde la confianza se basa en hechos ciertos, en conocer la problemática, las propias fortalezas y debilidades, en reconocer las oportunidades, eliminando los pensamientos fatalistas.

Citar este artículo

Fingermann, H. (19 de diciembre de 2023). Concepto de optimismo. Deconceptos.com. https://deconceptos.com/ciencias-sociales/optimismo

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