Author Archive

hurgar

La palabra hurgar procede etimológicamente del latín “furicare”, derivado de “furari” en el sentido de “robar”, y como los ladrones cuando se apoderan de lo ajeno, suelen revolver todo para hallar objetos de valor, hurgar pasó a significar la acción de realizar una minuciosa búsqueda dentro de un lugar, generalmente de tamaño reducido, pudiéndose usar

ilusorio

La palabra ilusorio, del latín “illusorius” se compone de los siguientes términos latinos: el verbo “illudere” en el sentido de burlar o engañar, más el sufijo de efecto “orius”. Lo que puede calificarse de ilusorio es lo que carece de existencia real y solo vive en la imaginación, o sea, que no es más que

irrisorio

La palabra irrisorio etimológicamente nos remite al latín “irrisorius”, vocablo integrado por el prefijo de interioridad “in”, el sustantivo “risus” que se traduce como “risa” y el sufijo de pertenencia o relación, “orius”. Lo irrisorio, literalmente significa, relacionado con la risa, o con lo que la provoca. Sin embargo, su uso es más frecuente relacionándolo

irritación

La palabra irritación, es el resultado y también la acción de irritar, verbo regular de primera conjugación, cuya etimología nos remonta al latín “irritare”, tal vez derivado del adjetivo “inritus”, vocablo integrado por el prefijo de negación “in” y “ratus” en el sentido de “calculado” o “contado”. Irritación es una palabra que puede entenderse básicamente

írrito

La palabra írrito es un adjetivo que nos remite en su etimología al latín “irrĭtus”, que puede traducirse como carente de validez, nulo o sin fuerza obligatoria. No tiene relación con el verbo irritar, que significa “provocación”. No es una palabra que usemos en lo cotidiano, sino que es propia del ámbito jurídico, para aludir

autóctono

La palabra autóctono procede en su etimología del griego αὐτόχθων (lease autójthon), vocablo compuesto por αὐτός o “autos” en el sentido de “igual” o “mismo”, y por χθών o “jthón”, que se traduce como «tierra», pasó al latín como “autochthones” y al francés como “autochthone”, para arribar finalmente al español. Lo autóctono es lo propio

titubeo

Titubeo es la acción y el efecto del verbo titubear, del latín “titubeare”, aplicado al lenguaje vacilante y dubitativo, que no muestra seguridad y firmeza, por ejemplo: “Hablaba con titubeos, con lo cual nadie creyó sus dichos”, “Mi amigo es muy inseguro, por eso le va mal en los exámenes orales, pues se expresa titubeando,

fulgor

La palabra fulgor se derivó de idéntico término latino, integrado por el verbo “fulgere”, que puede traducirse como “resplandecer” o “brillar”, más el sufijo de resultado “or”. Fulgor alude a que algo tiene un gran brillo y luminosidad, pudiéndose usar en sentido literal: “La luz con su fulgor me ha encandilado”, “El fulgor del Sol

vacante

La palabra vacante procede en su etimología de “vacantis”, vocablo latino, integrado por el verbo “vacare” que puede traducirse como “vaciar” y el sufijo formador de participios “nte”. Se aplica en general el calificativo de vacante a algún puesto o lugar que no está ocupado y a la espera de que sea llenado, por ejemplo:

diezmo

La palabra diezmo es un sustantivo, cuya etimología nos remonta al latín “decimus”, aludiendo al 10 % que cobraban los monarcas sobre las mercaderías que ingresaban en sus puertos, por mar, aunque también se cobraba el diezmo a los productos que entraban por tierra; también entre los antiguos romanos se cobraba diezmo por el uso