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calmante

La palabra calmante es el participio del verbo calmar. Un calmante es aquello que provoca serenidad, haciendo cesar o mitigando las causas que provocan el desasosiego, la angustia o el dolor. Si bien puede aplicarse en muchos ámbitos, por ejemplo: “He encontrado en la lectura el calmante para mi ansiedad” o “Mi cachorro es el

espontáneo

Del latín “spontaneus”, derivado del adverbio “sponte” en el sentido de “por sí solo”, espontáneo es aquello que se hace de modo voluntario, repentino, y sin presiones externas, manifestadas en forma de coacciones, consejos o persuasiones, ni es producto de largas disquisiciones racionales. Lo espontáneo es lo contrario a lo obligado, a lo que hace

prolífico

La palabra prolífico es un adjetivo que etimológicamente puede traducirse como lo relativo a la prole, a tener muchos hijos, aplicándose por extensión, a todo lo que resulta abundante. En el sentido literal de tener muchos hijos, puede usarse por ejemplo en los siguientes casos: “Mi madre ha sido muy prolífica, tuvo ocho hijos”, “Las

gemido

Gemido es la acción y el efecto del verbo gemir, del latín “gemere” que designa la acción de emitir quejidos. Ciertos animales como el perro al aullar, y el ser humano, emiten sonidos fuertes o leves, por su boca, a veces acompañados por suspiros; en situaciones de dolor, que se conocen como gemidos. Estos gemidos

suficiente

La palabra suficiente se originó en el latín “sufficientis”, siendo el participio del verbo “sufficere”. El vocablo suficiente está integrado por el prefijo que indica una posición por debajo, “sub”, el verbo “facere” en el sentido de “hacer”, y el sufijo de agente, “ente”. Un sinónimo de suficiente puede ser “bastante”. Se aplica suficiente a

involucrar

La palabra involucrar se derivó del latín “involucrum”, que puede traducirse como “envoltura”. Involucrar es incorporar algo dentro de una estructura, física o mental. En documentos históricos y legales, «involucrar» se utilizaba para denotar obligaciones legales o responsabilidades sociales. En la Roma antigua, por ejemplo, esta palabra se empleaba para describir la obligación de ciudadanos

senectud

La palabra senectud nos lleva en su etimología hasta el latín “senectus”, a su vez, de “senex” que significa “viejo”. La senectud es la etapa de la vida que corresponde a lo que también llamamos ancianidad, vejez o tercera edad. Sobreviene luego de la madurez, que es una meseta dentro del desarrollo humano, y se

adecuado

Adecuado, del latín “adaequatus” es el participio del verbo adecuar, del latín “adaequare”, vocablo integrado por el prefijo de aproximación “ad” y por la raíz “aequus” en el sentido de “equitativo”. Algo o alguien adecuado es lo que se asocia a lo justo, equilibrado y conveniente, para determinadas situaciones, o en relación a otros sujetos

tecla

La palabra tecla se originó en el latín “tegula”, integrada por el sufijo “cula”, que es un diminutivo que se aplica sobre el sustantivo “tega” que se traduce como teja, o sea que una tecla es una tejita. Las teclas son pequeñas piezas, en general de formato rectangular, aunque pueden ser cuadradas o redondas, que,

instar

El verbo instar procede etimológicamente del latín “instare”, término integrado por el prefijo de interioridad “in” y el verbo “stare” que alude a la acción de estar de pie. Se utiliza, en la mayoría de los casos, como sinónimo de urgir o insistir, o sea pedir de modo firme y decidido, para que algo se